miércoles, 21 de enero de 2009

FAROS

Un ser es un FARO, su constitución: un esqueleto, singularidad exquisita.
Su mirada un haz de luz.
La marea su corazón.
El cielo, una esperanza compartida.

Yo remo en esa marea, marea de mares, de corazones.
Abato mis brazos
venzo grandes olas, saboreando sin ganas las distancias.

Entre FAROS voy reconociendo
y observando perplejo luces: su vocabulario.
Entonces lentamente comienzan a llover vocales sobre mí,
caen en mi bote, en mi cara pero el viento: Su ego, las confina en mi interior,
así entonces no fue en vano su caída.

Pero a veces no salgo a navegar,
porque a veces soy también un FARO,
solo mis ojos recorren esas distancias y en la noche,
en esos destellos busca el sonido distante de sus vocales.

Mi corazón entonces calcula esas distancias y se acongoja,
se entristece y comienza poco a poco
a ser su propio temporal.

Yo percibo esto sin entusiasmo,
comprendo mi corazón dolorido de distancias y frustraciones.

Este temporal es tan ciego como su fuerza.
Amanece, el cielo aquieta mi corazón.
Aliviado, la templanza vuelve un poco sobre mí.

Tomo mi corazón y pasan muchas horas antes de decidir dejarlo,
teniendo una vaga certeza de que estará mejor.

Cansado, me duermo, pero yo también sueño,
sueño y recuerdo algunas miradas, luces;
sé que debiera poner aún mas cuidada atención en mis viajes por las noches,
pero el mar es tan grande y no termino
de conocer ningún FARO lo suficiente para darme por satisfecho,
aquello alimenta mi coraje de marinero solitario.

El sonido telúrico de los mares me despierta y
yo salgo de MI FARO a navegar,
con un dejo de esperanza en la mirada;
la avidez de muchas noches de espera,
atadas una a la otra en mi oscuro traje de marinero.

FAROS (segunda parte)

>CANTO DEL MARINO:

Inédito en la noche me percibo.

Constelaciones Zodiacales comienzan a llover sobre los mares
transformándose en pequeñas figuras petrificadas
que se adhieren rápidamente a los corazones.

Nos cubrimos de amor
para que no nos llueva cenizas.

Cosechamos amor
y en el tiempo de la siega:
Espinas

Como un UTERO esta vida nos sostiene: ¡Tristes fetos cadavéricos!

Amarillos de tristeza mis dientes corren embelesados
a morder horas de silencio:
¡el silencio por mí llevado a lugares ya deshabitados!
Donde las nubes con extensiones negras como enredaderas
llegan a la virginidad de las tierras:
corazones como el mío
estableciendo sin límites sus dominios.

¿Dónde vas tripulante del esqueleto, dónde?

viernes, 16 de enero de 2009

DE MANERA TARDA



Entendì tarde que el Sol admiraba la honestidad de mis colores, mientras que yo simplemente les despreciaba.

Mientras mis colores me abandonan, ellos irònicamente comienzan a asfixiarme.

Algun dìa tendrè que marchitarme, no hay novedad en ello.

¿Tienes necesidad de ser tan cruel conmigo Tiempo?

Quizàs si te oscurezco con mi partida, puede que consiga sorprenderos!